Manchas rosas en el cielo
del atardecer.
Las seis en el reloj.
Un café.
Huelo de lejos
las chimeneas.
El final de otro sueño,
acaba otro día.
No cierres los ojos, Sol.
Aún no.
Queda luz en el aire.
Volad, rayos de Sol.
Volved mañana.
Adiós, rayos de Sol.
Vendré mañana.
del atardecer.
Las seis en el reloj.
Un café.
Huelo de lejos
las chimeneas.
El final de otro sueño,
acaba otro día.
No cierres los ojos, Sol.
Aún no.
Queda luz en el aire.
Volad, rayos de Sol.
Volved mañana.
Adiós, rayos de Sol.
Vendré mañana.
¿ Que tienes niña que tu poesía siempre trae a mi mente otra poesía? Eres genial. Me parece que en ti hay una gran poetisa.
ResponderEliminarte dejo la que me has recordado
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Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja
para la muerte que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño
que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido
por las malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?
Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.
No me lo digan cuando me despierte.
( Mario Benedetti)
Gracias por darme a conocer poemas que de otra manera no conocería.
ResponderEliminarBiquiños